¿Cuándo prescribe una deuda con Hacienda?
La prescripción de una deuda con Hacienda es un tema que preocupa a muchos contribuyentes, ya que implica la extinción del derecho de la Administración a reclamar el pago de la deuda tributaria y a aplicar sanciones. Sin embargo, no siempre está claro cuándo se produce la prescripción y qué requisitos se deben cumplir para que sea efectiva.
¿Qué es la prescripción de una deuda tributaria?
La prescripción de una deuda tributaria es un mecanismo jurídico que permite al contribuyente liberarse de su obligación de pagar una deuda con Hacienda, si se cumplen una serie de condiciones. La prescripción se basa en el principio de seguridad jurídica, que busca evitar la indefinición y la incertidumbre en las relaciones entre los ciudadanos y la Administración.
La prescripción de una deuda tributaria no significa que la deuda desaparezca, sino que el derecho de la Administración a exigir su pago se extingue por el transcurso del tiempo. Por tanto, el contribuyente no puede ser objeto de ninguna acción de comprobación, inspección, liquidación o sanción por parte de Hacienda.
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¿Qué plazo tiene Hacienda para reclamar una deuda tributaria?
El plazo general para que Hacienda pueda reclamar una deuda tributaria es de cuatro años, según el artículo 66 de la Ley General Tributaria. Este plazo se cuenta desde el día siguiente a aquel en que finaliza el plazo reglamentario para presentar la declaración o autoliquidación correspondiente.
No obstante, existen algunos supuestos especiales en los que el plazo de prescripción puede ser distinto, como por ejemplo:
- El plazo de prescripción de los tributos aduaneros es de tres años, según el artículo 66 bis de la Ley General Tributaria.
- El plazo de prescripción de las bases o cuotas compensadas o pendientes de compensación o de deducciones aplicadas o pendientes de aplicación es de diez años, según el artículo 66 ter de la Ley General Tributaria.
- El plazo de prescripción de las deudas tributarias derivadas de delitos contra la Hacienda Pública es de diez años, según el artículo 67 de la Ley General Tributaria.
¿Qué requisitos se deben cumplir para que se produzca la prescripción de una deuda tributaria?
Para que se produzca la prescripción de una deuda tributaria, se deben cumplir los siguientes requisitos:
- Que se trate de una deuda tributaria prescriptible, es decir, que no esté excluida de la prescripción por la normativa aplicable.
- Que haya transcurrido el plazo de prescripción correspondiente, sin que se haya interrumpido por ninguna causa legal.
- Que el contribuyente alegue la prescripción ante la Administración o los tribunales, en caso de que se le reclame la deuda tributaria.
¿Qué causas interrumpen la prescripción de una deuda tributaria?
La prescripción de una deuda tributaria se interrumpe por cualquier acción de la Administración tributaria, realizada con conocimiento formal del contribuyente, que tenga por objeto el reconocimiento, la regularización, la comprobación, la inspección, el aseguramiento o la liquidación de la deuda tributaria.
También se interrumpe la prescripción por la interposición de reclamaciones o recursos de cualquier clase por parte del contribuyente, por la declaración de concurso del deudor, por el ejercicio de acciones civiles o penales dirigidas al cobro de la deuda o por cualquier actuación fehaciente del contribuyente que implique el reconocimiento de la deuda.
La interrupción de la prescripción implica que el plazo de prescripción se reinicia desde el principio, es decir, que se cuenta de nuevo desde el día siguiente a aquel en que finaliza el plazo reglamentario para presentar la declaración o autoliquidación correspondiente.
¿Qué consecuencias tiene la prescripción de una deuda tributaria?
La prescripción de una deuda tributaria tiene las siguientes consecuencias:
- La Administración no puede reclamar el pago de la deuda tributaria ni aplicar sanciones al contribuyente.
- El contribuyente puede solicitar la devolución de las cantidades que haya pagado por la deuda tributaria prescrita, con los intereses correspondientes.
- El contribuyente puede oponerse a cualquier actuación de la Administración que pretenda liquidar, exigir o sancionar la deuda tributaria prescrita, alegando la prescripción.
¿Qué consecuencias tiene la prescripción de una deuda tributaria?
La jurisprudencia ha establecido algunos criterios sobre la prescripción de las deudas tributarias, que conviene tener en cuenta. Por ejemplo:
- La prescripción es una institución de orden público, que debe ser aplicada de oficio por la Administración y los tribunales, sin necesidad de que el contribuyente la invoque, siempre que consten en el expediente los elementos necesarios para su apreciación (Sentencia del Tribunal Supremo de 13 de julio de 2017).
- La prescripción de la deuda tributaria no implica la prescripción de las obligaciones formales del contribuyente, como la presentación de declaraciones o la conservación de documentos, que pueden seguir siendo exigibles por la Administración (Sentencia del Tribunal Supremo de 9 de marzo de 2017).
- La prescripción de la deuda tributaria no se ve afectada por la caducidad del procedimiento administrativo, que es una cuestión distinta. Por tanto, si se supera el plazo de seis meses para resolver el procedimiento, la deuda tributaria queda prescrita, aunque no se declare expresamente su caducidad (Sentencia del Tribunal Supremo de 10 de noviembre de 2020).
Conclusión
La prescripción de las deudas tributarias es un tema complejo, que requiere un conocimiento profundo de la normativa y la jurisprudencia aplicables. Por ello, es conveniente contar con el asesoramiento de profesionales expertos en materia tributaria, que puedan ayudarte a defender tus derechos e intereses frente a Hacienda.
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